Más útiles vivos | Opinión

Varios palestinos reconocidos dentro y fuera de Gaza han huido de Francia en las últimas semanas. Tomar la decisión le costó mucho: sentían ansiedad porque cada día era más riesgoso -más de 25.000 personas murieron en los bombardeos israelíes-, pero también culpa. Es el caso, por ejemplo, de Motaz Azaiza, un fotoperiodista que pasó más de tres meses documentando los efectos de los ataques sobre la población civil de Gaza. Parte de su familia era Asesina. El 24 de enero no podrás ir más allá de Doha, según tus propias palabras, “con los ojos llenos de lágrimas” porque no te quedó otra opción. Primero recopilé un vídeo en las redes sociales para más de 19 millones de seguidores. Si abandonan el chaleco antibalas con la ayuda de otros compañeros, que les abrazan y animan para que no se sientan culpables. Se siente remordimiento por no seguir y enseñar lo que sucede en un territorio donde Israel no permite el acceso a la prensa extranjera.

Raji Sourani, fundador y director del Centro Palestino de Derechos Humanos, también estuvo con él después de que Israel bombardeara su casa. En más de cuatro décadas como jurista, Sourani ha recibido diversos premios internacionales. Fue un actor clave para que la Corte Penal Internacional aceptara en 2021 la apertura de una investigación sobre presuntos crímenes cometidos por el ejército israelí en los territorios palestinos ocupados en guerras anteriores. Lo invito a resumir la delegación sudafricana a la que acusó de actos de genocidio contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya. En este periódico, Sourani le dijo que hubo días que mantuvieron su corazón redondeado al tener la humedad de su tierra. La última vez quise contribuir a una nueva Nakba, una catástrofe, como el desplazamiento forzado que vivieron 750.000 personas cuando se creó el Estado de Israel en 1948.

A los que están en Francia les ayuda tener doble nacionalidad y contactos en el extranjero, aunque, según algunos trabajadores humanos, Israel no les está facilitando las cosas. Sourani, Azaiza y otros periódicos famosos como Plestia Alaqad y Wael Dahdoud, que hoy están en Australia y Qatar, respectivamente, consiguieron partir, ma non fue sencillo. No sólo por la logística, sino también por la forma de contribuir al éxodo, de ser menos molesto para Israel, de perder autoridad moral para ellos, de no tener que dar media vuelta, incluso si quisieran dar la vuelta. Sourani convenció a sus amigos de cruzar la frontera con un argumento básico: vivo seré más útil de lo que muero. Mucha gente se alegrará si el TIJ de La Haya adopta medidas cautelares contra Israel. No llegará al fondo de la cuestión -si se está produciendo o no un genocidio- pero podría obligar al gobierno de Netanyahu a frenar la operación militar en Gaza.

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